Comunicaciones/Pósters III JORNADAS

Hemos aplicado un programa de 10 sesiones de arteterapia, con una frecuencia semanal y analizado los datos de 5 pacientes (N=5) a través de un método mixto, cuantitativo y cualitativo.
Se han aplicado tres escalas de evaluación: Trait Meta Mood Scale (TMMS-24), escala de autoestima de Rosemberg y escala de satisfacción con la vida (SLWS) antes de iniciar el programa (E1) y después de finalizarlo (E2) para obtener los datos cuantitativos. Se ha aplicado la escala COTE (evaluación comprensiva de terapia ocupacional) como escala de observación de cada sesión. Al finalizar el programa se ha aplicado la entrevista AIR.

De la comparación entre los resultados de E1 y la E2, 4 de los 5 pacientes (un 80%) mejoran en la TMMS-24. De estos 4 pacientes se obtiene un aumento de una media de 2 puntos en la subescala Percepción emocional, 7 puntos Comprensión emocional y 4.4 puntos en Regulación emocional. En la Rosemberg mejoran las puntuaciones de 3 de los 5 pacientes y de éstos se produce un aumento de 2.8 puntos. En la SLWS 3 de los 5 pacientes mejoran.

En la escala COTE los 5 pacientes aumentan la motivación por la actividad terapéutica 3 de los 5 mejoran en la toma de decisiones y 2 de los 5 mejoran en la expresión.
En las entrevistas AIR se describen como cambios subjetivos a raíz de la intervención: mejora en regulación emocional, la satisfacción por haber logrado expresar sucesos conflictivos y más autoconfianza. Los agentes de cambio que identifican en el proceso arteterapéutico son la seguridad psicológica del dispositivo utilizado, el uso de la imaginación como elemento terapéutico y el diálogo con la obra como proceso expresivo.

Como conclusión, el tamaño de la muestra no permite extraer resultados estadísticamente significativos, pero son muy prometedores y nos sugieren que el arteterapia puede tener un rol en la rehabilitación comunitaria de adolescentes con trastorno mental. Los resultados en nuestra muestra demuestran beneficios en la capacidad de “insight” y mentalización, la capacidad para expresar conflictos, la autoregulación emocional, la autoconfianza y autoestima, así como la motivación y adherencia al tratamiento. Somos conscientes de la necesidad de ampliar la muestra de pacientes y también de tener un grupo control para confirmar la necesidad de seguir con un programa estable de arteterapia.

Intervención: Individual y, en casos puntuales, con la participación de un familiar. En la habitación del hospital, durante 1 hora diaria o en días alternos, según elección del paciente. Evaluación de variables: Previamente y tras las sesiones 1a, 3a y 5a se evaluó la intensidad del dolor, desánimo, nerviosismo y malestar con una escala numérica visual de 0 a 10 (Edmonton Symptom Assessment System). El análisis estadístico fue realizado mediante SPSS 19. El tamaño del efecto fue determinado por la d de Cohen para cada síntoma.

Tras la 3a y 5a sesión se preguntó mediante cuestionario semiestructurado al paciente, su familiar y los profesionales si la intervención había sido una ayuda y en caso positivo, de qué tipo. Las respuestas fueron codificadas, categorizadas y cuantificadas por su frecuencia. Al paciente se preguntó qué elemento le había gustado más y el que menos.

Resultados: Se evaluaron 83 pacientes y realizaron 568 intervenciones (mediana=4). Se evidenció una reducción significativa de la intensidad media de los siguientes síntomas: dolor (2.9 vs 2.4), desánimo (3.3 vs 2.6), nerviosismo (3.1 vs 2.2) y malestar (4.0 vs 3.1) (p<.001, Wilcoxon). El tamaño del efecto fue pequeño en el caso del dolor y el desánimo (0.22 y 0.30 respectivamente) y moderado en el nerviosismo y el malestar (0.41 y 0.45 respectivamente). Un total de 61 pacientes y 57 familiares contestaron los cuestionarios. El 98.4% de pacientes expresaron que la intervención les había ayudado. El 100% de familiares la consideró una ayuda para su ser querido y un 87,7% para ellos mismos. En este último caso se valoraron especialmente como fuente de ayuda los aspectos de la relación triádica. Los beneficios más valorados fueron: para los pacientes, hablar de emociones y sentimientos (96,8%); para los familiares: tranquilizarse (86,7%) y para los profesionales, distracción (93,5%). El 69% de los pacientes afirmaron que no había nada que no les gustara. Entre los 31% restantes, destacaron elementos como: sentirse cansado después de algunas sesiones, tener dificultades para el dibujo, no estar satisfecho con las producciones plásticas o experimentar tristeza por darse cuenta de la situación.

Conclusiones: La intervención arteterpéutica redujo significativamente la intensidad de los síntomas analizados y fue percibida como una ayuda por la gran mayoría de pacientes y familiares. Tanto ellos como los profesionales verbalizaron numerosos beneficios.

Se aborda dicha intervención desde la consideración del concepto de salud desde una perspectiva amplia, como la conexión entre lo mental, lo emocional y lo instintivo.
Objetivo: El objetivo planteado era conectar con la parte sana de la paciente mediante un trabajo arteterapéutico, para que volviera a interesarle la vida.

El nombre de cuento del subtítulo se ha aportado porque pasaba la mayor parte del día durmiendo. Era una joven de extrema sensibilidad, con comportamientos repetitivos y algo obsesivos y su expresión oral eran escasas palabras en voz muy baja, repetidas y en un tono respetuoso y educado

Programa de actuación: Se establece un plan de actuación, a lo largo de 6 meses, basado en recuperar una cierta autonomía personal, mejorar el nivel cognitivo y del lenguaje, estableciendo contenidos para recuperar recuerdos: su correo electrónico, su teléfono, fotografías,…

Se trabajó la psicomotricidad gruesa y fina y el desarrollo de hábitos de la vida diaria: aseo personal, ayudar en la cocina,… Y también, se introdujo el trabajo a nivel de gestión de las emociones y de relación con los demás (ya que no quería ver ni a su familia).
A través de materiales textiles, hilos, lanas, telas, etc., realizó trabajos que fueron evolucionando en tamaño y complicación. Así mismo, fue usando nuevos materiales plásticos: acuarelas, rotuladores y lápices para realizar sus producciones. Se trabajó también con técnicas fotográficas e informáticas.

Resultados: En los meses que duró la intervención, se registró una evolución favorable en diferentes ámbitos: mejoró su velocidad de reacción ante las situaciones. También a nivel psicomotor, fino y grueso. En cuanto a su comunicación se volvió más extensa y adaptada. Ahora solicitaba lo que necesitaba, hablando más alto. Dichas necesidades eran más emocionales que físicas.

Permitió el contacto con su madre, otros familiares y un amigo. Los horarios se regularon, mostrando mayor interés por la actividad física, plástica y por la música y el baile. Su nivel cognitivo también mejoró aportando recuerdos.
Conclusiones: La intervención arteterapéutica se ha mostrado de utilidad y me ayudó a conectar con una persona extremadamente sensible, en una situación regresiva, probablemente traumática, que venía de vuelta de distintos tratamientos convencionales.

Objetivo: evaluar el impacto de una intervención basada en la expresión corporal sobre personas con discapacidad intelectual.
Metodología: Diseño mixto con estudio cuasi-experimental que evalúa el impacto de la intervención sobre la calidad de vida, el estado emocional y el estado físico; y estudio cualitativo que explora el impacto de la intervención en función de las vivencias de las personas con discapacidad intelectual. Para la evaluación en el estudio cuantitativo se utilizaron las herramientas EQ-5D (calidad de vida), test de la figura humana (estado emocional) y análisis del movimiento según Laban (estado físico); para la obtención de datos con metodología cualitativa se exploraron las vivencias a través de la observación semi- participante y grupos focales. El análisis de los datos se realizó con técnicas estadísticas descriptivas y contraste de hipótesis y un análisis cualitativo mediante análisis temático. Resultados: Participaron 18 usuarios del centro asistencial San Juan de Dios de Valladolid, con una edad media de 26,6 años (DE 9,2) siendo el 50% mujeres. El 55% (10) tenía un nivel de dependencia moderada, el 28% (5) severa y el 17% (3) gran dependencia. Respecto a la calidad de vida, en las actividades cotidianas un 44,4% (8) expresó no tener problemas antes de la intervención, frente a un 66,7% (12) al finalizar los ensayos. Respecto al dolor y malestar, no lo presentaron un 61,1% (11) vs. un 88,9% (16) antes y después de la intervención, respectivamente. En relación con el nivel de ansiedad/depresión, antes de la intervención el 55,6% (10) no se mostraba ansioso, siendo el 100% al finalizar la misma. En cuanto al estado de salud (escala EVA de 0-100), antes de los ensayos la media se situó en 63,9 (DE 12,4) y en la valoración posterior en 76,3 (DE 8,7), siendo diferencias significativas (r=0,72; p=0,001). De la observación participante se identificaron 6 dimensiones: somos un grupo, aprender a ser responsables, ser capaz de superar las dificultades, ayuda mutua, respeto a las diferencias, puntualidad y compromiso.

Conclusiones: Realizar una actividad basada en las artes escénicas tiene efectos beneficiosos sobre la calidad de vida, el estado de salud, la sensación de pertenencia a un grupo y las relaciones sociales. La experiencia puede ser la referencia para constituir un marco metodológico en el que se evalúe el impacto, tanto asistencial como social, de la intervención artística en otros contextos sanitarios y sociales.

Este proyecto tiene tres años de recorrido, durante los cuales hemos ido elaborando un método de evaluación que nos permita conocer la percepción subjetiva de la experiencia de los participantes en el proyecto, valorar cuantitativa y cualitativamente el impacto del proyecto en los niños en función de los objetivos del mismo y compartir los resultados de con la comunidad educativa y los profesionales del arteterapia.

El método utilizado consiste en la administración de cuestionarios pre-post a los alumnos participantes de los grupos de arteterapia. Realizar los dos cuestionarios nos permite establecer una comparativa útil para valorar el impacto de las sesiones en los niños en función de los objetivos de la intervención. Observamos además que el cuestionario final ayuda a los niños a tomar conciencia de lo que ha supuesto para ellos la experiencia de arteterapia grupal. En el póster describimos los apartados de los cuestionarios pre-post y nos centramos en los resultados de uno de ellos que muestra datos significativos del estudio y nos permite ilustrar que este método de evaluación es una herramienta útil para tanto para las arteterapeutas como para el equipo educativo de la escuela. Estas encuestas dan “voz” a los niños y les permiten trasladar sus opiniones a la comunidad educativa respecto a la experiencia vivida. La necesidad de desarrollar un sistema de análisis de calidad que nos permita mejorar tanto la implementación como la evaluación del proyecto, nos anima a continuar explorando y adaptando este método.